La brecha digital marca la diferencia

Ricos y pobres. Desarrollados y subdesarrollados. Actualizados tecnológicamente y obsoletos (o ni eso) en el área informática. Y en la vida. Sociedades vacías de contenidos digitales. Frente a países, en cambio, que huelen y saborean la pantalla del ordenador. Las diferencias entre unos y otros no son modernas. Y la modernidad, precisamente, marca la distancia entre unos y otros.

Las razones que revelan este fenómeno trascienden de explicaciones simplemente culturales. Ese podría ser un buen argumento. Aunque no el único. La actitud con la que cada grupo se enfrenta su propia evolución podría ser la nota distintiva. Ya les gustaría poder cambiar las cosas con su actitud. Pero no. (Pinchar aquí para ver la imagen a tamaño real)

Las nuevas tecnologías se van implantando poco a poco en la vida diaria de las personas. Los móviles ya han llegado a lugares en los que ni soñaban con inventos de ese calibre. No son 3G, pero sobreviven.

La brecha digital se hace cada vez más grande. El progreso siempre es más rápido en los países desarrollados. Y cada vez más lento en los subdesarrollados. Quieren crecer, pero no disponen de los mismos recursos para ponerse al día digitalmente. Se puede contrarrestar este razonamiento con que todos los hoy desarrollados crecieron sin estas nuevas tecnologías. Y qué. Llamamiento al Primer Mundo: déjense de intereses, colaboren y reduzcan todo cuanto puedan la brecha digital.