Se acabó.
- Se acabaron los soportes.
- Llega el final de querer aparentar seriedad y credibilidad.
- Nunca más se tratará de satisfacer al público, en general.
- Nadie esperará a que llegue el quiosquero a las siete de la mañana.
- Nace la producción informativa al alcance de todos.
- Se vuelve a aceptar la figura del lector inteligente y responsable.
- Del usuario activo.
- Porque la opinión de la calle, desde ahora, cuenta y mucho.
- Se acabó escribir diferente a como hablamos y pensamos; ahora pensamos y hablamos, igual a cómo escribimos.
- Ahora se produce conocimiento.
Ha llegado un
nuevo idioma, una nueva manera de entender la comunicación: la
e-comunicación. Estos son, traducidas a mi manera de entender las cosas, las conclusiones a las que llegó tras lee los
diez paradigmas claves para entender el futuro de la profesión según el
bloguero y profesor universitario
José Luis Orihuela.
En primer lugar reflexiona sobre el usuario y su relación con los periodistas. O mejor aún: sobre el
Periodismo y su relación con sus receptores. Lo general tiende a desaparecer, mientras que
lo particular y lo específico se convierten en norma. Internet da un paso más en la segmentación: pasa a ser un
canal temático, en el que aprender y compartir.
Las apariencias pasan a un segundo plano.
La estética externa de los medios sufre alguna variación. Se mantiene en sus lugares de origen, pero
se adapta y se integra a Internet. Pero no sólo en la fachada residen los cambios:
la credibilidad y el prestigio pasan a ser el mejor arma de cualquier medio ante tantas fuentes.
La periodicidad ya no la marcan los soportes. Atrás queda la espera a la puerta del quiosco aguardando a que llegue el periódico. Yo he visto varias veces estas escenas. Aún hoy.
Habrá que esperar aún a que nuevas generaciones, más acostumbradas a leer y seleccionar,
modifiquen las rutinas de uso de las informaciones. Unas noticias que se multiplican sin cesar sin saber cómo clasificarlas.
Otro de los paradigmas a los que se refiere
José Luis Orihuela es el de la
nueva mediación del Periodismo digital.
“Multiplica el número de voces, pero a la vez diluye su autoridad al haber fracturado el sistema de control editorial previo a la difusión pública de información”, dice el profesor. No hay más que decir. El lector debe ser una persona inteligente,
capaz de distinguir, jerarquizar, valorar y desprestigiar.
Porque hay que volver a la
interactividad. Es el triunfo de la
comunicación telefónica, del feed-back, del dinamismo y la globalidad. Es el éxito de la humildad y el
enriquecimiento común a través de las aportaciones y comentarios del público receptor. Es el paso de la actitud pasiva a la
voluntad activa del lector.
Por fin leerá como si escuchara. Por fin será capaz de sentirse en su propio grupo de discusión cuando lea (oiga) una noticia de alguien; y a continuación muchos más comentando, apoyando y rebatiendo esa afirmación inicial.
Diálogo.
La conversación pasa a enriquecerse. Ya no hace falta acabar de contar una historia para empezar a contar otra.
Hay una, o dos, o tres… en medio que le da más sentido a la primera. Es el hipertexto, es
el placer del conocimiento.